¿Escuchar música en el trabajo te hace más productivo?

Estudiar o trabajar con los audífonos puestos, escuchando nuestra música favorita, se ha convertido en una práctica muy común en oficinas, bibliotecas y áreas de estudio. Las personas que lo hacen argumentan que les ayuda a concentrarse mejor y avanzar más rápido en sus tareas. Pero, ¿es en realidad buena idea escuchar música mientras trabajamos?

En las últimas cinco décadas se ha explorado a fondo el tema del ruido, el silencio y la música como factores que afectan la forma de trabajar de las personas. Los estudios han sido muy diversos, y si bien no se pueden generalizar sus resultados, sí han arrojado algunas nociones interesantes sobre el vínculo entre lo que escuchamos y el funcionamiento de nuestro cerebro.

En 1972, por ejemplo, se realizó un experimento con los trabajadores de una fábrica a quienes se les puso música a través de altavoces para observar si había algún cambio en su desempeño. El resultado fue evidente: los trabajadores mejoraron sus niveles de productividad y parecían tener una mejor actitud durante las horas laborales. Sin embargo, este resultado no es del todo concluyente, pues un análisis más puntual señaló que al tratarse de tareas monótonas y potencialmente aburridas, la música podía estimular positivamente al cerebro y hacer estas tareas más llevaderas durante periodos más prolongados.

¿Escuchar música en el trabajo te hace más productivo?

En contraste, otra investigación demostró los posibles efectos negativos de la música al abordar tareas complejas donde se requiere de un mayor grado de concentración y se busca estimular áreas del cerebro relacionadas con la creatividad o el pensamiento lógico. En dicha investigación se le pidió a los participantes hacer un conteo regresivo en voz alta mientras escuchaban una canción de su elección. Por otra parte, un segundo grupo de voluntarios ejecutó el mismo conteo sin escuchar música. Después de observar a ambos grupos, se pudo advertir que las personas que escuchaban música mientras intentaban hacer la cuenta regresiva, lo hacían significativamente peor que quienes no estuvieron expuestos a ella.

Del mismo modo, otros estudiosos de la conducta humana han llevado esta discusión al terreno del famoso multitasking, esa ilusión moderna de poder hacer muchas cosas a la vez sin detrimento de la calidad en ninguna. Actualmente se sabe que estas multitareas no se pueden realizar de forma paralela, sino que requieren cambios constantes de atención de un tema a otro, provocando en muchas ocasiones un peor rendimiento que si se estuviera enfocado en una cosa a la vez. De esta manera, escuchar música con algún tipo de mensaje que llame nuestra atención suele entorpecer nuestras labores (esto podría aplicarse también a la distracción de escuchar las noticias o ver la televisión mientras trabajamos).

Según diversos autores, como Daniel Goleman, las áreas del cerebro que se encargan de las funciones ejecutivas (que utilizamos para resolver problemas o realizar tareas complejas) están en constante antagonismo con las áreas dedicadas a las funciones emotivas. Por tal razón, si la letra de una canción, o su ritmo, dispara una reacción emocional en el oyente, será más difícil para él o ella cumplir sus objetivos de manera eficiente.

Y entonces, ¿cuáles son las ventajas o desventajas de escuchar música mientras trabajas?

Para concluir esta cuestión podríamos simplemente decir que del lado positivo:

  • La música te puede ayudar a hacer más llevaderas las tareas monótonas y repetitivas que no requieren mayor esfuerzo intelectual (¿será por eso que ayuda tanto en el gimnasio?)
  • Escuchar música mientras estudias podría motivarte a hacerlo por un tiempo más prolongado y se puede convertir en un auxiliar de la memoria si se trata de piezas sin letra y con ritmos suaves.
  • Debido a sus componentes emotivos, escuchar la música que te gusta puede mejorar tu estado de ánimo y ayudarte a tener una actitud más positiva antes de empezar una tarea compleja (como lo hacen algunos deportistas previo a comenzar la competencia).

En el terreno de las desventajas, tendríamos que señalar lo siguiente:

  • Cuando las canciones tienen letras que resultan estimulantes o ritmos muy dinámicos, escuchar música puede reducir tu productividad al desempeñar trabajos que requieran mayor concentración.
  • Cuando se trata de despertar tu creatividad para solucionar problemas apremiantes, la música puede ser más un distractor que un catalizador de buenas ideas (por eso algunas personas bajan el volumen de la radio cuando se pierden al manejar).
  • Escuchar música con letra, ver la televisión o poner las noticias mientras estudias puede dificultar tus procesos de aprendizaje y memorización, pues tu cerebro tiene que saltar de un foco de atención a otro y terminará más agotado en menos tiempo.
Sergio Aquino

Sergio Aquino

Director general de CEICM. Licenciado en ciencias de la comunicación y melómano empedernido. Durante la última década se ha especializado en el estudio de la conducta humana a través de la comunicación no verbal y la grafología. Su gusto por la música y su curiosidad por las extrañas maneras en que funciona el cerebro, lo impulsaron a adentrarse en esta investigación.

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