Elementos que forman tu personalidad

Existen cuatro factores fundamentales que definen quién eres

Tu personalidad es resultado de distintas variantes que configuran tu manera de pensar, actuar y relacionarte con el mundo. Es fantástico saber que cada experiencia deja en ti una pequeña huella que se suma al gran conjunto de piezas que integran tu identidad.

Para entender mejor quién eres y cuáles son los aspectos que te hacen especial, es necesario que entiendas que hay cuatro factores fundamentales que integran tu personalidad; algunos de estos factores no dependen completamente de ti, sin embargo, al conocerlos tendrás un mejor manejo de ellos y podrás hacer elecciones más conscientes sobre tu forma de ser. Vamos a revisarlos.

Constitución física

Son las características morfológicas, fisiológicas y bioquímicas que te constituyen. En este aspecto se incluyen tu estructura muscular, ósea, glandular, nerviosa y sensorial.

Muchas de estas características tienen un origen genético-hereditario; aunque existen situaciones externas que pueden causar cambios significativos de manera temporal o permanente. Por ejemplo, enfermedades degenerativas que alteran el pleno funcionamiento de alguno de tus sistemas biológicos.

También se pueden incluir en este espacio factores ambientales como la calidad de aire, agua y alimentación que nutren tu cuerpo y que a largo plazo pueden tener un impacto nocivo en tu fisiología.

Temperamento

Se trata de una predisposición bioquímica que te vuelve susceptible a presentar distintas respuestas psico-físicas. Para muchos autores, el temperamento es también un elemento heredado y forma parte de tu núcleo de personalidad.

En términos generales, el temperamento se define alrededor de los seis años de edad y a partir de ese momento se construye una base de identidad sobre la que paulatinamente configuras tu personalidad.

Según Hipócrates, existen cuatro fluidos corporales que definen nuestro temperamento y que se corresponden con elementos de la naturaleza, estos son: sangre – aire, bilis negra – tierra , flema – agua y bilis amarilla – fuego.

El predominio de alguno de estos fluidos es el que define tu temperamento y te orienta hacia ciertas conductas y tipos de pensamiento. De manera general se pueden enunciar los perfiles de cada temperamento de la siguiente forma:

  • Sanguíneo (dominado por la sangre): carismático, extrovertido, empático, sociable y emotivo.
  • Melancólico (dominado por la bilis negra): soñador, idealista, poco práctico, creativo y un tanto depresivo.
  • Flemático (dominado por la flema): estable, calmo, paciente, reflexivo, intuitivo y sistemático.
  • Colérico (dominado por la bilis amarilla): determinado, crítico, aguerrido, perfeccionista e impaciente.
Tus conceptos del bien y el mal se definen a través de tu carácter e intervienen en tu toma de decisiones cotidianas

Carácter

Responde a una estructura cultural que configura el aspecto moral de las personas. Tu carácter crea patrones de conducta estables que definen tu desenvolvimiento en los círculos familiar, social y laboral.

Muchos de los elementos que construyen tu carácter son de origen ético y fueron implantados en ti a través de la educación en los primeros años de vida. Estos elementos suelen determinar tus conceptos de «bueno» y «malo», y crean en tu interior esa voz de la consciencia que te ayuda a tomar decisiones sobre la manera en la que debes comportarte.

En concordancia con tu carácter se configuran los objetivos de vida que persigues y se crean algunas limitaciones auto impuestas que podrían frenarte a proyectar objetivos más ambiciosos – aquí se encuentran ideas que asumimos como ciertas del tipo «la gente rica sufre más» o «prefiero ser pobre pero honrado».

Inteligencia

Es quizá el aspecto más dinámico de tu personalidad y se distingue por tu capacidad de amoldarte a nuevas situaciones y tu habilidad para resolver los problemas que la vida te plantea.

Aquí entra en juego tu manera de interpretar la información que recibes del mundo exterior y tu disposición para enfrentarte a conceptos que contradigan lo que crees saber.

Aunque existen muchos factores que intervienen en el desarrollo de tu inteligencia, es importante señalar que tu habilidad para resolver problemas y asimilar información no tiene una relación directa con tu nivel académico o cultural; dicho de otra forma, una persona inteligente no es siempre la que estudia más, sino la que resuelve mejor – aunque claro, si te mantienes abierto/a al aprendizaje constante y tienes buenos hábitos de estudio podrás aprovechar mejor todo el potencial de tu intelecto.

Existen teorías que dividen la inteligencia en distintos tipos, precisando que cada individuo suele tener una mayor inclinación hacia determinados tipos de inteligencia, mientras reduce el desarrollo de algunos otros.

La división más común de inteligencias es la siguiente:

  • Lógico – matemática: habilidad para los números y el pensamiento práctico
  • Lingüística – verbal: habilidades de expresión oral y escrita
  • Visual – espacial: capacidad de reconocer las dimensiones de los objetos y manipular eficientemente herramientas que implican desplazamiento y ubicación
  • Musical: sensibilidad para la apreciación, reconocimiento y creación de sonidos, ritmos y melodías
  • Natural: capacidad para relacionarse armónicamente con flora y fauna
  • Corporal: habilidad para controlar el propio cuerpo (flexibilidad, reflejos, velocidad) y consciencia de la expresión física (lenguaje corporal)
  • Interpersonal: habilidad para empatizar con las demás personas y reconocer sus necesidades y sensaciones
  • Intrapersonal: capacidad de conectar con uno mismo, reflexionar y construir una visión objetiva de tus habilidades y defectos

Conoce más sobre personalidad y la estructura de tu identidad en este video.

Conclusión

Como puedes observar, tu personalidad tiene diferentes factores que se conectan entre sí y te convierten en un individuo único. Las condiciones biológicas, genéticas, físicas, sociales y culturales son fuerzas que conviven entre sí y construyen tu identidad.

Toda persona tiene inclinaciones y habilidades que le permite desarrollarse mejor o peor en diversas disciplinas y momentos de la vida. Cuando te vuelves más consciente de tus propias fortalezas y defectos, alcanzas la claridad necesaria para entender cómo funcionas, cómo puedes ayudar a los demás y qué te falta aprender para ser la mejor versión de ti mismo/a.

Esperamos que este artículo te motive para seguir conociéndote y te ayude a comprender mejor porqué las personas son como son. Al final del día, todos estamos en una constante búsqueda por alcanzar aquello que llamamos felicidad.

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Esta entrada tiene 6 comentarios

  1. Claudio Díaz

    Excelente articulo..! Me fue de mucha ayuda

  2. César

    Buenas tardes y gracias por su respuesta cuales son las 8 partes internas que conforman la personalidad…. gracias por su apoyo

  3. Cielo

    Exelente artículo, me ayudó muchísimo. Gracias!

  4. María Fernanda Ramírez

    Hola, me gustó mucho el artículo, soy una persona muy depresiva

  5. Emma

    GRACIAS, muy buen artículo . SI TE CONOCES A TI MISMO HABRAS GANADO LA BATALLA PARA . Comprender al prójimo!

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